Enjambre abejas causa entre habitantes en Downtown Manhattan REDACCION/ Ramón Mercedes/El Nuevo Diario

Un enorme enjambre de abejas (miles) que aterrizó sorpresivamente en horas de la mañana del pasado domingo en el escaparate de cristal del restaurant Fresh & Co., ubicado en la calle 57 entre quinta y sexta avenida en el Downtown Manhattan, y se guareció debajo del letrero, causó pánico y nerviosismo entre cientos de personas, habían varios dominicanos, que se encontraban en las inmediaciones del hecho e interior del negocio.

La policía neoyorkina recibió decenas de llamadas de emergencia sobre el acontecimiento, teniendo la uniformada que esperar varias horas en localizar al detective Anthony Planakis, conocido en la fuerza como Tony abejas, quien logró eliminar dicho enjambre.

 Para quitarlas, el policía, vestido con jeans, botas de trabajo y una camiseta, se subió a una escalera hasta el lugar específico, extendió una trampa y roció un spray abajo y cayeron en la misma. Luego colgó la trampa en lo alto de la escalera para llegar al resto de las abejas y pudieran oler las feromonas, dando lugar de amontonarse con la reina y así exhalar de nuevo.

Asimismo el especialista en abejar, manifestó que la colmena original estaba demasiado llena, lo que imposibilitaba poder olfatear el aroma de su reina y eso da como resultado el nacimiento de una nueva “jefa”.

 "Cuando la vieja reina determina que hay otra reina o está naciendo otra líder corresponde expulsarla, y esta toma alrededor del 30% de la colmena y empieza una nueva familia", dijo Planakis.

 El detective, que ha trabajado en torno a las abejas durante 40 años, con 20 de ellos bajo la policía de la Metrópoli, subrayó que el fuerte invierno pasado bajó la población de abejas y ahora mismo hay una gran cantidad de polen y néctar para su alimentación. Subrayó que las mismas probablemente serían ubicadas en algún lugar al norte del estado.

 Mientras que Andreas Andreou, gerente del establecimiento comercial, expresó que había un mayor número de abejas dispersas a lo largo de la longitud de la ventana del frente, y los clientes estaban muy asustados y nerviosos, "nadie podía entrar y salir”, precisó.

En el restaurant se encontraban los dominicanos Carlos Manuel Vittini y Andrés Fernández con sus respectivas esposas, quienes se proponían desayunar y esperar otros criollos, que al llegar no pudieron entrar.